¿Qué le doy de comer a mi madre de 90 años? ¿Qué siento al cuidarla? A los cuidadores de ancianos les surgen dudas y se sienten solos. El Voluntariado geriátrico franciscano ha organizado un curso.

La hija de 66 años no sabe qué dar de comer a su madre de 90 con principio de Alzhéimer. Ni cómo organizar todas las pastillas que toma a diario. Y tiene sentimientos encontrados. Le apena ver así a su madre pero al mismo tiempo está agobiada y siente que todo el peso de su atención recae sobre ella. Esta situación a la que se enfrentan muchas personas a diario puede ser difícil y les hace sentirse solas. Para ofrecer algo de luz en este camino, el Voluntariado geriátrico franciscano organiza un año más, y ya va diez ediciones, la Escuela para familiares cuidadores de mayores dependientes. Las sesiones tendrán lugar del 17 de febrero al 18 de marzo en el salón de actos de los Capuchinos de San Antonio (esquina Carlos III con San Fermín). Habrá sesiones teóricas y prácticas con médicos, abogados, psicólogos… los miércoles y los viernes (17 a 19 horas) y la asistencia es gratuita, previa inscripción (948 248966 / volungeripam@hotmail.com).

La coordinadora del voluntariado geriátrico, la trabajadora social Miriam Irisarri Adot, apunta que muchos los cuidadores se sienten solos y necesitan un apoyo. “Al venir a este curso ven que no son los únicos a los que les pasan estas cosas y entablan relaciones con otras personas que están como ellos”. El perfil del cuidador, añade, es el de una mujer (en 9 de cada 10 casos) mayor de 65 años que cuida a sus padres, sus suegros o su marido. “Aunque también hay hombres que ayudan, el cuidador principal suele ser una mujer”.

En la escuela de cuidadores, hay sesiones teóricas con médicos (el geriatra Juan Luis Guijarro), enfermeras, psicólogos (Juan Pedro Arbizu), abogados (Miguel Úriz) o trabajadores sociales (Olga Sala) y también prácticas. “El objetivo es ofrecer unos conocimientos que ayuden a cuidar, a comprender mejor la enfermedad y controlar el estrés que se deriva del cuidado”, insiste Miriam Irisarri. Algunos de los temas que se abordarán son Envejecimiento y enfermedad, Alimentación en el anciano discapacitado, Sentimientos del cuidador hacia el enfermo y hacia sí mismo, Aspectos jurídicos alrededor del enfermo discapacitado y su familia… La escuela solo va dirigida a los familiares (no a los cuidadores profesionales de ancianos).

El voluntariado geriátrico franciscano nació en 1990 y cuenta con unos 90 voluntarios y 70 personas atendidas. Busca mitigar la soledad prestando un “acompañamiento afectivo” a mayores en sus domicilios, residencias geriátricas y hospitales. La mayoría de los voluntarios son personas de más de 55 años que dedican unas horas semanales a conversar y acompañar.

SONSOLES ECHAVARREN

Pamplona

DIARIO DE NAVARRA