DEBERES Y DERECHOS DEL VOLUNTARIO

Deberes y derechos


Documento de Recomendaciones éticas aprobado en el I Encuentro Nacional de Organizaciones de Voluntariado Asistencial Para Mayores celebrado en Pamplona, el día 26 de noviembre de 2004.
Reunidos en Pamplona, el día 26 de noviembre de 2004, representantes de distintas organizaciones de voluntariado con actividad asistencial en el campo de las personas mayores, tras reflexionar y analizar a la luz de los contenidos del Código Ético de las Organizaciones de Voluntariado las distintas realidades de nuestra acción, queremos proponer para su debate y aceptación el presente documento de recomendaciones con el deseo de que sirva de orientación para nuestra actividad voluntaria.
PRIMERO
Es necesario que todas las organizaciones y sus voluntarios conozcan el Código Ético para ajustar a él sus acciones y adquirir mayor credibilidad social y coherencia. También las normativas de aplicación en el campo de voluntariado, para aplicándolas poder exigir que las cumplan todos los demás sectores implicados.

 

 

SEGUNDO
La acción voluntaria debe enmarcarse dentro del derecho participación y asociación, como manifestación expresa de un compromiso cívico libremente asumido, exento de contraprestaciones. Partimos del convencimiento de que todo ser humano tiene necesidades de distinta índole. La satisfacción de muchas de ellas podrá ser exigible a los poderes públicos, pero otras no, y para hacerlas efectivas se requiere la acción solidaria.

 

TERCERO
El campo en el que la solidaridad se asienta es el de la participación y el afrontamiento de toda suerte de injusticias. No queremos despojarnos de la condición de ciudadanos implicados en la realidad de nuestro entorno. Seria una utopía paralizante pensar que la responsabilidad de cubrir todas nuestras necesidades corresponde a otro porque ya cumplimos con pagar impuestos y votar.

 

CUARTO
No estamos en un mundo perfecto, hay fallos en el sistema que se deben combatir para que desaparezcan o al menos se aminoren. No debemos de actuar de cualquier modo ni caer en la tentación de encubrir las deficiencias, porque en tanto estas existan nuestra actividad tendrá sentido. Sabemos que las necesidades siempre irán por delante, y que serán más numerosas que los medios para satisfacerlas.
QUINTO
Nuestra razón de ser está en el contraste entre lo que debería ser y lo que realmente es. Por ello debemos actuar allí donde lo que seria deseable no se da todavía, y reivindicando al tiempo que actuamos, para que lo exigible se regule.
SEXTO
Hemos de actuar dentro de un programa global, cuyo objetivo va dirigido a mejorar las condiciones de vida en las que se encuentran algunas personas mayores. Buscamos paliar su soledad ante la inexistencia o debilidad de las redes naturales o formales que dan respuesta a la demanda de afecto común a todo ser humano.
SÉPTIMO
Como colaboradores en el proceso de atención integral a la persona mayor, tenemos que respetar y exigir que sean respetados por los demás agentes los limites de nuestra acción. Deberemos evitar las situaciones de indefinición, injerencias y suplantaciones que justifiquen la dejación de responsabilidades por quienes tienen la responsabilidad de llevarlas a cabo.
OCTAVO
Nos reafirmamos en la obligación de ejercer la denuncia ante situaciones en las que se constate falta de sensibilidad o clara insuficiencia de respuestas a las demandas de las personas mayores, y esto mas allá de la que pueda derivarse del testimonio que supone la acción voluntaria.
NOVENO
Consideramos que también es parte de nuestra misión sensibilizar y dar a conocer la realidad de la situación en la que viven algunas de nuestras personas mayores y la posibilidad de los ciudadanos de contribuir a mejorar su bienestar a través del compromiso voluntario, incluyendo los procesos formativos del voluntario como medio indispensable y esencial para el desarrollo de su actividad.
DÉCIMO
El voluntariado es actividad social y comunitaria, desde la calidad, desde la cultura organizativa y desde un trabajo bien planificado, ejecutado, coordinado y evaluado. Para ser eficientes en nuestra labor humana, fundamentada en la actividad de los voluntarios, y como consecuencia de nuestro propio Código Ético, es necesaria una actitud de honesta colaboración y coordinación entre asociaciones, ya que son y van a ser muchas las necesidades y menos las personas dedicadas a la ayuda de los mayores, y no debemos empañar la acción solidaria con rivalidades.
UNDÉCIMO
No todo lo que se pregona como actividad voluntaria lo es. Debemos ser conscientes de que hay una tendencia de los poderes públicos y mercantiles a tratar de legitimar sus acciones a través de la tutela y promoción de la solidaridad. Frente a los intentos de dirigismo tendremos que oponer nuestro convencimiento del valor de la solidaridad y de su ejercicio libre e independiente.
DUODÉCIMO
Esta claramente recogido en el Código Ético de las Organizaciones de Voluntariado que debemos promover el desarrollo del Estado social y de Derecho, y potenciar el crecimiento de la justicia social. Si fuera preciso, habría que recordar a los Poderes Públicos sus responsabilidades y hacerles visible que el voluntariado no sustituye ninguna de sus obligaciones. Este mismo recordatorio habría que hacerlo a aquellas entidades voluntarias que entren en ese juego, y a todas, pedirles que tengan una actitud de autocrítica respecto a su relación con las Administraciones Públicas. Es indispensable mantener la distancia entre la voluntad gratuita organizada y el control legislativo y burocrático, aunque sea imprescindible un ámbito de colaboración entre ambas.

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